Si el otro día hablaba de una película excelente de la Universal, el clásico de 1935 que pondría las bases del cine licántropo, hoy nos toca película mala, pero mala de verdad, mala de pedir clemencia y decir basta.
Es tan mala, que uno no se la puede perder, hay que verla obligadamente, porque tiene el encanto de lo penoso. Aunque eso sí, película de ver acompañado para poder partirse el pecho de la cutrez, y ya de paso aprovechar para entretenerse doblándola al gusto de cada uno.
La película lleva por título Werewolves on Wheels (Hombres lobo sobre ruedas), perpetrada allá por el año 1971, aunque seguramente los autores ni se acuerden, ...cosas del consumo de estupefacientes.
El argumento está gracioso, aunque el guión no es que sea malo, es que brilla por su ausencia. De hecho estoy seguro de que media película es improvisada.
Básicamente, por situarnos, estamos con una banda de moteros recorriendo las carreteras del desierto. Hablamos de moteros malos malos, de esos que se ríen y ponen caras raras para asustar a las viejas de los pueblos, vamos, gente chunga de mal vivir que cuando entra en un sitio no dice buenos días.
(Variante de la portada de la película, ya sabes, " si eres peludo ... ")
Estos "jóvenes" inadaptados, van de acá para allá en sus motos, disfrutando del lado más bestia de la vida, hasta que les vemos llegar a una iglesia con una cruz muy rara, tan rara, que en realidad la banda no ha tenido mejor sitio al que ir a parar que al templo de una secta satánica. Ya es mala suerte.
Los chicos, ni cortos ni perezosos, haciendo gala de que la inteligencia que se la dejaron en la última gasolinera, deciden instalarse para su descanso nocturno allí mismo, en los jardines de la secta. Por supuesto, respondiendo al cliché de motero salvaje, se montan una fiesta y nos deleitan con las escenas típicas de moteros malotes que arrasan con todo.
En cualquier caso, los de la secta, sin mediar palabra ni escenas que dieran algo de coherencia a tan elaborado argumento, salen a recibir a los moteros con pan y vino. Y salen así, tal cual, con su hábitos de sectarios y entonando una cancioncilla de esas diabólicas que dan miedete, como las de Led Zeppelin con el disco girando al revés. Sin mucha ceremonia (esa viene luego), les ofrecen el pan y el vino, y los moteros, (listos que son ellos a más no poder), lo aceptan.
Aquí uno se pregunta, ... a ver troncos, ¿salen unos tíos con túnicas de una iglesia que tiene una cruz demoníaca en todo lo alto y os tomáis lo que os ofrecen? ¿Estamos tontos? Obviamente sí.
La verdad, no se sabe si estaban más drogados los personajes moteros de la historia o los guionistas al escribir (en caso de que existieran, que por el resultado lo dudo). Obviamente, los panes y el vino estaban drogados (más todavía), y la banda se queda al completo dormida. Los señores de la túnica se agencian a la novia del jefe de la banda y se la llevan adentro del templo con el religioso y piadoso objetivo de hacer una misa negra con ella.
(Cariño, no te pongas así, que yo también me he asustado).
Todas estas escenas estan grabadas al estilo de cámara al hombro, para dar la sensación de que todo es muy caótico, supongo que para disimular lo que en realidad es, absurdo. El caso es que unos cuantos moteros despiertan y entran a rescatar a su "princesa", ... una de las peores escenas de acción de la historia, todo sea dicho, ... porque mira que los moteros dan penilla, pero lo de los sectarios es de risa cuando les ves moviéndose como un Pinocho sin barnizar en un día de lluvia.
(A estos chicos sus madres no les dijeron lo de los caramelos con drogaína en la puerta del colegio)
A partir de ahí, el ya de por sí escaso guión termina de desaparecer, aunque parezca imposible. Los moteros siguen su viaje, pero los sectarios les han lanzado una maldición y cada noche algunos de ellos se van convirtiendo en hombres-lobo, en realidad la primera es la novia del jefe.
El caso es que la banda (no sé si porque no saben contar, porque el abuso sistemático de la maría les borra la memoria totalmente, o porque tienen el sentido de la amistad de una piedra cabreada) cada mañana amanece con uno o varios miembros muertos y desaparecidos. Preguntan ¿dónde está fulano? Lo buscan 2 o 3 segundos, no lo encuentran y siguen viaje. ¿Dónde quedó el sentimiento de hermandad motera? En el mismo lugar que la coherencia narrativa, supongo.
En fin, por si alguien se atreve a ver la peli, no destripo el final, un final de los de quitar el hipo, o las ganas de vivir, no sé, depende.
Eso sí, la peli, pese a todo lo dicho, ... mola.
¡Ala! ya lo he dicho.
¿Lo mejor? Pues está claro, el desfile de motos por esas interminables carreteras norteamericanas cruzando desiertos secos y calurosos.
Además, ¿quién no quiere ver a un hombre lobo conduciendo una Harley? El concepto mismo es de los que te atrapan al momento, incluso aunque el maquillaje sea tan malo que estoy seguro de haber visto maquillajes más trabajados en los carnavales.
En fin, un bodrío en toda regla, pero tan brutalmente simple, que no pude aguantarme las ganas de verla, ... dos veces.
La banda sonora, no es para tirar cohetes tampoco, pero crea ese ambiente de la época que sin duda añade algunos de los pocos puntos positivos que tiene la obra.
En conclusión, ... no hay que perdérsela, aunque eso sí, con conocimiento de causa.
Así que aquí dejo el enlace para verla directamente de Youtube. Recomiendo, poner la película y una banda sonora que le vaya, para mejorar un poco la cosa, aunque también es verdad que el ruido de los motores en las escenas de ruta es en sí mismo la mejor música.
¡¡ Suerte !!
R.Daninsky
R.Daninsky
Vaya peliculón tiene que ser Joselín, jejeje, me parece que voy a pasar de verla... por ahora....
ResponderEliminar... bien dices mi buen Toño, "por ahora", ya llegará, ya ... cuando menos te los esperes, ja ja ja ja ja
Eliminarhas osado verla 2 veces??? Supongo que acabaré tragándomela pa echarme unas risas. Gracias por la crónica
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